Un Paseo Por El Centro De La Ciudad

Durante estos días de vacaciones, la ciudad se queda semivacía, lo que significa que podemos disfrutarla al máximo; por eso en esta ocasión les recomendaré un recorrido por varios lugares del centro histórico, los cuales quedan muy cerca entre sí, permitiéndonos admirar la arquitectura de las calles y las fachadas de los edificios mientras nos trasladamos de un lugar a otro.

Comenzamos nuestro recorrido con un delicioso desayuno en la terraza de La Casa de las Sirenas que se ubica en la calle de República de Guatemala #32. El edificio que alberga este restaurante data del Siglo XVI, fue construido con muros hechos con piedras de recuperación de las pirámides. Después nos dirigimos hacia la calle de Justo Sierra #16 donde encontramos el Antiguo Colegio de San Ildefonso que fue una de las instituciones educativas más importantes de la capital de la Nueva España. Su fundación por los jesuitas data de 1588 y hacia 1618 empezó a funcionar bajo el Patronato Real otorgado por Felipe III; a principios del siglo XVIII fue reedificado, dando lugar al inmueble que hoy conocemos y que es considerado uno de los ejemplos más sobresalientes de la arquitectura civil de la ciudad de México. El edificio permaneció cerrado al público hasta 1992, año en que fue restaurado y desde esa fecha se convirtió en un centro de arte, sede para exposiciones temporales de relevancia. Caminamos un par de calles hasta llegar a Seminario #8 y nos encontramos con el Museo del Templo Mayor que abrió sus puertas en 1987 y su creación fue consecuencia de las excavaciones arqueológicas realizadas por el Proyecto Templo Mayor entre 1978 y 1982, las cuales permitieron recuperar una colección de más de 7,000 objetos, así como los vestigios del Templo Mayor de Tenochtitlan. Todo ello dio origen a la iniciativa de edificar un museo de sitio para exhibir dicha colección y, al mismo tiempo, complementar la visita de la zona arqueológica. Al centro, en el segundo nivel del museo, se encuentra su pieza estelar: La gran escultura circular que representa a la diosa lunar Coyolxauhqui.

Ahora nos dirigimos hacia la Plaza de la Constitución, donde se encuentra Palacio Nacional. Este inmueble tuvo sus orígenes en la época de la Conquista del Imperio Azteca por Hernán Cortés, quien dispuso se construyera sobre las ruinas del Palacio de Moctezuma Xocoyotzin. A través del tiempo esta construcción logró su posterior arquitectura, luego de diversos acontecimientos que vendrían a modificarlo. En la época del presidente Plutarco Elías Calles, se inició la construcción del tercer nivel y se restauró la fachada, completándose así la fisonomía arquitectónica actual del edificio. Ha llegado la hora de la comida y nada mejor que el El Gran Hotel Ciudad de México, ubicado en la Avenida 16 de Septiembre #82 este hotel posee una de las vistas panorámicas más espectaculares al Centro Histórico de la Ciudad. La originalidad de su arquitectura «Art Nouveau» y su hermoso vitral Tiffany lo han llevado a convertirse en uno de los hoteles-museo más emblemáticos de México. Su restaurante de alta cocina mexicana ubicado en el 4° nivel del hotel, cuenta con una inigualable vista al Zócalo encarando al Palacio Nacional.

En la última parte de nuestro recorrido nos dirigimos hacia Av. Juarez equina Eje Central donde se encuentra el Palacio de Bellas Artes, que se comenzó a construir en 1904. A partir de 1932 la obra fue revitalizada con las instrucciones precisas de concebir un edificio que albergara varios museos y así, fue concluido el 10 de marzo de 1934, aunque actualmente se lleva a cabo la mayor intervención hecha a su teatro y sala de espectáculos, se han realizado otras rehabilitaciones en el recinto, como la construcción el estacionamiento subterráneo, la remodelación de salas de exhibición y la restauración de cúpulas, entre otras. Para cerrar con broche de oro, una merienda en La Casa de los Azulejos Ubicada en Francisco I. Madero esq. Callejón de la Condesa que es un lugar que se debe visitar, ya que además de funcionar como restaurante, el edificio es un lugar con una gran historia, que se remonta hasta el siglo XVI. Fue la Quinta Condesa del Valle de Orizaba quien mandó reconstruir la casona convirtiéndola en todo un palacio, joya del barroco mexicano de principios del siglo XVIII y revistiendo sus fachadas con miles de azulejos policromos fabricados en Puebla. Mucho del interior barroco construido en aquella época sobrevive: Barandales de cobre, los guardapolvos de azulejo de las escaleras; las columnas churriguerescas de cantera del patio principal al igual que la fuente con remates de mosaicos y los remates de porcelana francesa del techo.

Como podrán ver, nuestra ciudad cuenta con muchos lugares que podemos visitar, especialmente en estas vacaciones, ya que tenemos más tiempo libre para poder hacer recorridos como este.

Saludos